lunes, 17 de noviembre de 2008

HOMENAJE A KAFKA

No hay un solo corredor más largo y profundo, que aquel que nace y muere en la fría oscuridad…
(o "Aquí")
Un cuento de Danilo Gutiérrez Baella. año 2008


Hola, viajero ¿Quieres leer? ¡Adelante...!



Caminaba como siempre, en noche oscura, sin luna…

Mis amigos quedaron atrás… Sólo yo, con mi propio pensamiento, andaba taciturno sin contar mis pasos, creyendo que la vida señalaba la senda, los caminos al andar. Pero esa noche… no.

La neblina de verano ocupaba las plazas. La humedad rozaba mi cara dejando un rocío fresco, casi helado…

Los encuentros y desencuentros del día pasaron a ser historia. Mi aliento joven y agitado resonaba en mi cerebro al compás de mis pasos acelerados, interminable y creciente.

¿Miedo…? No, pero . Algo turbaba el pensamiento, y con vergüenza se delataba en mi temblor de manos, dedos, labios, piel…

De pronto, el silencio. Un silencio profundo e inequívoco alrededor de mi camino, bañado de niebla densa y cada vez más oscura…

Y entonces… ¡un estremecimiento violento en las copas de los ficus, un golpe en el aire cálido y gélido a la vez, que me hace saltar y correr! ¡Correr, correr, sin saber adónde, agitado el pensamiento, confusa la razón, lleno de miedo! Sonidos que no existen sacuden mis oídos, temblores en mis ojos, pupilas que dilatan por un terror infinito que derrama frialdad en la densa e impenetrable niebla…

Cruzo el parque, y el corazón acelera. El pánico abraza mi tórax, la nausea ahoga mi garganta. Algo corre y me persigue... ¡lo sé! Pero no quiero mirar atrás ante el espanto gélido que quiere atrapar mi espalda.

Ya no puedo más… me detengo. ¿Dónde están las luces de la calle, de los autos, de las casas? ¿Dónde está mi casa, mi familia, mi hogar? ¿Qué hago aquí, temblando en paranoia, sintiendo el hielo doloroso del terror en cada hueso de mi cuerpo?

Busco refugio al pié del busto al héroe desconocido que lidera mi parque… ¡Falta tan poco para llegar, y me encuentro tan lejos y perdido! Estando allí, sentado y abrazado al frío mármol del monumento trato de pensar: “¿Quién o qué me persigue?”. Busco instintivamente una respuesta elevando mis ojos al héroe metálico que parece observarme desde arriba…

¡Pero ese frío busto…! Una cara conocida y descompuesta yacía mirándome desde su pedestal. Ojos extraviados y enloquecidos de pavor se torcían al verme. La cabeza colgaba de lado, mirándome con espanto… Los cabellos se extendían con el viento helado hacia arriba, perdiéndose en la niebla oscura, formando parte de la noche…

Ese rostro, esos ojos, esa piel extendida y pálida… ¡ERAN MÍOS! Era yo quien desde arriba, enloquecido, culminaba su persecución y se lanzaba de arriba hacia abajo donde mi otro yo, creyéndome protegido, empezaba a gritar en pánico. Soporté la embestida de esa piel húmeda, cerosa y helada, en fusión conmigo mismo, en terror incomprensible y sin tiempo para pensar.

Aquellos dientes amarillos y descarnados mordían y mordían sin cesar, hambrientos de mí. Gritos pavorosos cubrieron esa noche, mientras mi cuerpo desgarrado, vibrante y mutilado, empezaba a repartirse por las losas mojadas de agua y sangre espesa, cubriéndose lentamente en la niebla…

Y en el silencio se ahogaron los gritos. Entre la niebla, se consumió el parque. Los árboles, las losas, los restos sangrientos esparcidos… todo se convirtió en nada. Y yo, me sumergí en la nada…




Nunca más se supo de mí. Ni mis padres, ni mis hermanos, ni mis amigos… Para encontrarme, quedaría el recorrer mis huellas invisibles a través de aquel parque… preguntarle a la noche de verano, envueltos en la niebla densa, en la horrible oscuridad.


Aquí el temer es inútil. ya no queda qué perder. Aquí ya no existe el tiempo; sólo frío y hambre, mucha hambre...

...y aquí, intruso viajero rendido a la curiosidad, que no pudiste dejar de leer estas líneas… aquí... te estoy esperando.

2 comentarios:

Arturo Gutiérrez dijo...

AAAAAAAAHHHHHHHH!!!!!!!!
De por sí ése sería mi comentario pero te diré que es un buen homenaje a Kafka, aunque los escenarios lúgubres y húmedos te diré que me recuerdan más a H.P. Lovecraft.
Saludos.

Arturo Gutiérrez dijo...

...ya me dí cuenta, muchos "te diré" :S