lunes, 29 de agosto de 2011

LA CONFIANZA EN NUESTRO PADRE


Tesoros en el cielo
"No se hagan de tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde ladrones entran y hurtan; sino háganse de tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen, y donde ladrones no entran ni hurtan, porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón." (Mateo 6, 19-21)
Dios y las riquezas
"Ninguno puede servir a dos señores, porque odiará al uno y amará al otro, o estimará al uno, y menospreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas." (Mateo 6, 24)
Confianza en Dios
"Por tanto les digo: No se afanen por su vida, que van a comer o que van a beber, ni por vuestro cuerpo, que van a vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Miren a las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Y quien de ustedes podrá, por mucho que se afane, aumentar a su estatura un codo (treinta cms)? Y por el vestido, ¿por qué se afanan? Consideren los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero les digo que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe? No se afanen, pues diciendo: "¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?", porque la gente se afana por todas estas cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que ustedes tienen necesidad de todas ellas. Busquen primero el reino de Dios, y todas estas cosas les serán añadidas.
Así que no se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación. Basta a cada día su propio mal." (Mateo 6, 25-34)
La puerta angosta
"Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; pero angosta es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan." (Mateo 7, 13-14)
Nunca les conocí
"No todo el que me dice: "¡Señor, Señor!", entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Entonces les declararé: "Nunca les conocí. ¡Apártense de mí, malhechores!". " (Mateo 7, 21-23)
Los dos cimientos
" A cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las pone en práctica, lo compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. Descendió la lluvia, vinieron ríos, soplaron vientos y golpearon contra aquella casa; pero no cayó, porque estaba cimentada sobre la roca. Pero a cualquiera que me oye estas palabras y no las practica, lo compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena. Descendió la lluvia, vinieron los ríos, soplaron vientos y dieron con ímpetu contra aquella casa; cayó, y fue grande su ruina." (Mateo 7, 24-27)
El joven rico
Entonces se acercó uno y le dijo:
- Maestro bueno, ¿Qué bien haré para tener la vida eterna?
Él le dijo:
- ¿ Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino uno: Dios. Pero si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
Le preguntó:
- ¿Cuáles?
Y Jesús le contestó:
- No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No darás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre. Y amarás a tu prójimo como a tí mismo.
El joven le dijo:
- Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
Jesús le dijo:
- Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Al oír el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
- En verdad les digo que difícilmente que entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez les digo que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Sus discípulos, al oír esto se asombraron mucho, y decían:
- ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
Mirándolos Jesús, les dijo:
. Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible." (Mateo 19, 16-29)