viernes, 6 de abril de 2012

EXPONERSE AL JUICIO DIVINO



"¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad… ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?" 
(Romanos 2:3-4)


EXPONERSE AL JUICIO DE DIOS



El proceso de un jefe de Estado responsable de la muerte de miles de hombres había durado más de cuatro años, pero cuando el veredicto fue pronunciado, el acusado escapó a la justicia humana, pues fue hallado muerto en su celda. Era ateo y lo declaraba abiertamente. Desde hacía mucho tiempo había pedido que en su entierro no se hiciese oficio religioso.


Escapó a la justicia humana, pero no escapará a la justicia de Dios. Cuando comparezca ante el Juez, su proceso no durará mucho tiempo, pues nadie podrá defender su causa. El juicio de Dios será inapelable. El Señor Jesús enseñó a sus discípulos que la condenación será perfectamente justa y establecida según la responsabilidad de cada uno (Apocalipsis 20:12-13).



Del mismo modo, el apóstol Pablo advierte a los creyentes de Corinto que la recompensa celestial prometida a los creyentes también será según lo que cada uno “haya hecho… sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10).



La historia de la humanidad revela varios casos en los que los jueces se equivocaron, ya sea condenando a inocentes, absolviendo a culpables o valorando mal el grado de culpabilidad. ¡Dios nunca se equivoca! 



Dios es juez justo” (Salmo 7:11). El Juez de mañana es aún ahora el Salvador. “Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos” (Isaías 45:21-22).


Todos estaremos un día frente al Creador, al que creó incluso tu propia vida. ÉL te pedirá cuentas de todo lo que hallas hecho en esta tierra y... ¡¿qué le responderás?!...



La Buena Semilla 
5 Abril  2012

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