Ciertamente, un "año nuevo" no pasa de ser una fecha impresa por el hombre para el mundo. Nosotros Hermanos en Cristo hemos dado un testimonio real y pleno para nuestra vida espiritual con el Señor al desearnos el día de ayer, no un "feliz año nuevo" tradicional y mundano, sino UNA FELIZ VIDA NUEVA CON JESÚS.
¡Qué hermoso saber expresar el gozo de sentir la presencia de nuestro Señor en cada uno de nuestros corazones! Más aún, que sea regalado entre todos con esa certeza que sólo tiene el que entregó su vida a Él, teniéndole a Él por delante al caminar.
Sin embargo, la presión del mundo y sus múltiples tentaciones presentadas con sensualidad espectacular ante nuestros sentidos suele poner la entereza y seguridad a prueba todo el tiempo. Satanás encuentra un camino llano y accesible para desbaratarnos, complacernos temporalmente, confundirnos, y finalmente, DESTRUIRNOS EN LA FE.
"Someteos, pues, a Dios; resistir al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad vuestras manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones." (Santiago 4:7,8).
Como hombres débiles y volubles ante la tentación de Satanás, permitimos que este ente repugnante se rego0cije del sufrimiento que causamos en el corazón de nuestro Padre, y continuamos abriendo aquellas heridas que Jesús no dudó en soportar por redimirnos del pecado...
"Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros lo tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios! Más Él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre Él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados." (Isaías 53:4,5).
¿Hasta cuándo seguiremos escupiéndole, azotándole, torturándole, e insultándole?
Nuestro Hermano en Xto. Zelmar hablaba en la hermosa Cena Navideña para los niños, jóvenes, y padres de familia de Tablistas para Cristo Alto Perú en Chorrillos acerca de aquel Amor que permitió que el Hijo de Dios naciera en un establo pestilente, rodeado de estiércol y barro malsano, sobre un comedero de animales al que llamamos "pesebre". Zelmar no tuvo reparos en afirmar cuánta pestilencia guardó alguna vez en el pesebre de su propio corazón, y cómo Jesús lo seguía limpiando a través de su Amor y Perdón.
Guardemos conciencia de cuántas veces llenamos de ese mismo estiércol animal nuestros corazones al flaquear, y cuántas no llegamos a reconocer nuestra propia pestilencia, ni aún orando, por separar, seleccionar y esconder con soberbia e insanía nuestros pecados más sórdidos en el "sótano" de nuestro corazón.
No iniciemos este "año nuevo" con flaquezas mundanas; SEAMOS FUERTES Y LEALES A NUESTRO PADRE CELESTIAL, y cambiemos las tentaciones, los odios y rencores, la envidia y la avaricia POR PAZ, por PERDÓN, por inacabable AMOR...
"(...) Si fuéremos infieles, Él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo." (2 Timoteo 2:13)
No abusemos de su infinita tolerancia, de su dulce Amor y Perdón.
¡FELIZ VIDA NUEVA EN JESÚS!
¡... y que el Señor les bendiga infinítamente!!!!
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