Un fragmento de "La fuerza de Sheccid", de Carlos Cuauhtémoc S.
Comentarios y atrevidas inclusiones de Danilo Gutiérrez Baella (Años 2004 y 2008)
Gracias a mi hermana Vicky al pasear por sus archivos, me reencontré con un texto que remití a mi familia por mail hace varios años.
Se trata de un interesante fragmento del libro "La fuerza de Sheccid" del escritor mexicano Carlos Cuauhtémoc que vinculé rápidamente con mis variadas experiencias laborales, transcribiendolo con aportes más personales no autorizados por el autor, pero presumiendo que no tendrá problema en hacerlo cuando algún día este blog sea tan popular y visitado que ya no sea una novedad contar con las opiniones de un Gabo, Eco, o quizás una Rowling (aunque sea sólo en sueños...) .
Bromas aparte, agradezco que en esos años mi hermano Alfredo (otra vez en mi blog, sorry Alfre...) me prestara el libro y pudiera disfrutarlo tanto como para seguirlo retomando en mis escritos de hoy.
La pregunta será... ¿cuántos líderes (de esos que son de verdad...) prodigan demasiada confianza a sujetos que los rodean, y que no valen nada?
Sigan ustedes. Un abrazo.
EL LÍDER TRIUNFADOR y sus ayudantes déspotas
(Fragmento de "La fuerza de Sheccid", de Carlos Cuauhtémoc S.)
El verdadero hombre de éxito es humilde. Celebra el triunfo de otros, los felicita, los elogia y se alegra sinceramente de la prosperidad ajena, porque él mismo es próspero. Sabe que el sol sale para todos. Es tenaz, preparado, habla fuerte, se da su lugar, pero da el suyo a los demás y los escucha. Siente que en cada ser humano, sin importar su edad, raza o religión, hay algo digno de admiración. No conoce la envidia, pues su filosofía le lleva a pensar que Dios regala “paquetes” y no atributos individuales.
Por ejemplo: puede detectar que su vecino posea 3 cosas mejores que él, pero no las codicia porque sabe que si se le dieran las tres ventajas del vecino, estaría obligado a cargar también con sus 3 desventajas. Para un triunfador es absurdo e incoherente decir “Dios mío, ¿por qué no me diste otra esposa u otra situación económica y social?” Sabe que lo que a él se le dio no es una pareja o una posición, sino un “paquete” en el que se incluye compañera, hijos, trabajo, cerebro, salud, dones espirituales, aspecto físico, profesión, habilidades, amistades, etc.; que cada ser humano cuenta con el “paquete” que justamente necesita, que cada “paquete” tiene una excelente combinación (carencias que equilibran las virtudes, y virtudes que compensan las carencias) y que todas las personas SON TRIUNFADORES EN POTENCIA si usan adecuadamente el “paquete” que se les dio.
La posición del líder triunfador presenta, sin embargo, un problema SIEMPRE LATENTE:
· Atrae a los fracasados como la miel a las moscas
· Se acercan a él muchas personas envidiosas que desean a toda costa COSECHAR DONDE NO HAN SEMBRADO
· Los fracasados cercanos al líder triunfador se convierten en SUBJEFES DÉSPOTAS (Hijos holgazanes del papá rico, representantes de artistas deslumbrados por la fama, “gerentes” intermedios, servidores públicos, funcionarios de gobierno, “asesores” de importantes personalidades…)
· Tienen con mucha frecuencia el complejo de “mira lo grande que soy”
· Se auto felicitan y aclaman por los triunfos que, en realidad, son de su jefe
· Tratan con desprecio a la gente
· No asumen ninguna responsabilidad, aunque divulguen tener autoridad sobre todos los demás. Desmienten por ello sin ningún cargo de conciencia lo que afirmaron y exigieron alguna vez, aunque otra gente quede injustamente castigada por esto.
· La pulga que viaja sobre el Perro, cree QUE ES ELLA QUIEN CAMINA RÁPIDO
· Ni el propio líder, que es casi siempre una persona muy ocupada, trata con prepotencia a los demás; pero su subordinado SÍ LO HACE. Es un “Tirano con fusil”. Amenaza a todos mostrando el “arma” que se le brindó con sinceridad: la CONFIANZA, o simplemente su cargo o credencial. Fanfarronea, bloquea el trabajo, roba e impone condiciones de dinero
· La pulga, por sí misma, nunca logrará tener poder, pero en cuando la colocan sobre el Perro, ostenta su posición y se burla de las demás pulgas que están en el piso
El líder triunfador debe cuidarse de este tipo de parásitos. Del mismo modo, la gente que sufre vejaciones, abusos y desprecios de subjefes déspotas siempre debe protestar, pues en ocasiones el líder ES EL ÚLTIMO EN ENTERARSE DEL ABUSO DE SUS COLABORADORES.
(Fragmento adaptado del Libro “La Fuerza de Sheccid” de Carlos Cuauhtémoc S.)
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