Dedicado a mi Hermano Zelmar, jinete del mar.
Prisma mojada que despertó el cansancio
cayendo en mi frente, traviesa, crispada.
Gota de océano que acude apurada
anunciando el monte que eleva a mis pies.
Torciendo el pescuezo sorprendo a la ola
que implacable embate rugiendo su stress.
Ahí vuelan mis brazos "agarrando agua"
girando, arando, molino en el mar...
Ahí viene la ola... ¡Imparable! ¡Bravía!
Amenaza empujarme con todo, sin más...
Apoyo el mentón, presiono los pies.
¡Es fuerte el bramido! ¡Prepárate! ¡FE!
Arrecia la espuma con desenfreno,
envuelve el navío, sacude mi temple,
y levanta la tabla sobre tanta gente,
corriendo alocada, olvidando el temor.
Apoyo las manos mirando adelante,
estiro los brazos, recojo mis pies...
Domino mi peso excedido unos kilos...
¡Ballena azulada corriendo en revés!
Me río del aire que corta mi cara,
sonrío feliz corriendo de pié...
Ya vuelo en la Long Board
como soñé tantas veces,
y grito "¡Señor! ¡Cumpliste otra vez!"
Ahora comparto ese sunset de ensueño
que selló la tarde cubierta de mar.
El dorado bello que pintó a los surfistas,
el oleaje suave que meció nuestro andar.
Echado en la Long Board, flotando en silencio,
distingo perdido el retiro del sol...
y orando agradezco la belleza plena
que Dios infinito nos regaló en Su amor.
Te sigo buscando, gran ola surfera,
peinando tus crines de espuma de mar...
Permita el Señor seguirte corriendo
Seguir tu camino de sol y de sal.
Danilo Gutiérrez Baella 2010 @Todos los derechos reservados
